sábado, 28 de diciembre de 2019

eL aÑo Que Se Va.




La luz del sol entra a raudales por los ventanales del corredor. Sentada en el sillón, mi única compañia es el árbol de navidad.

Fijo mi vista tras los enormes vidrios y me entretengo observando el patio, que aún sigue vestido con su traje de otoño-invierno. Este año con la enfermedad, no ha dado tiempo de podar los rosales, ni de eliminar las hierbas marchitas. La parra muestra sus ramas desnudas y casi fantasmales, sus sarmientos parecen bracitos enclenques que intentan llegar al cielo. Y para contrarrestarlos a todos, los dos frutales han decidido inchar sus yemas, como si en vez de diciembre estuviéramos en abril.

Así acaba este año, con los cuerpos arrebatados y las mentes poco claras, con la esperanza de que el año que próximamente comienza será mucho mejor para todos nosotros.

Aunque ha sido un año muy duro, lo cierto es que ya ha pasado. Ahora toca reponer y actualizar nuestra lista de sueños y volver al ataque. Eso sí, sin olvidarnos de dar las gracias al año que se marcha por permitirnos llegar vivos al siguiente y poder continuar nuestro camino.

Feliz y Próspero Año Nuevo a todos.


                                  Paula CRuZ Gutiérrez.

martes, 24 de diciembre de 2019

CaMiNo De BeLéN.



Vamos camino de Belén con el paso un tanto apurado. El portal triste y solitario de antaño, ha sido sustituido por una mesa profusamente decorada y llena de manjares. 

Hace unos días mi amiga y oncoginecóloga me felicitó por que habíamos conseguido llegar a la tercera Navidad después de la catástrofe. Tres años después sigo viva. 

Estos días corremos de una celebración a otra, siempre comiendo demasiado y autoengañandonos diciéndonos que es lo que toca. Pero aunque no lo parezca hay vida más allá y todo puede hacerse de manera más austera. 

Es importante compartir con los demás, pero a veces, a los que estamos enfermos nos apetece seguir con nuestras rutinas diarias, no porque seamos unos antisociales, sino porque el cuerpo así nos lo pide.

Abogo por respetarnos todos, todos los días. Es la única forma de vivir en paz y de extender la Navidad hasta el mes de diciembre del año que viene.   

Que tengáis todos una Navidad perpetua.


                                  Paula CRuZ Gutiérrez. 



domingo, 22 de diciembre de 2019

DaMe MeNoS De Lo Que PueDa SoPoRTaR.

Cada uno expresamos nuestras ideas según nuestras necesidades vitales y nuestras experiencias vividas. En eso, todos somos diferentes, no hay dos personas que se enfrenten de la misma forma a una misma situación.

Yo hablo desde mi punto de vista como enferma de cáncer, pero creo que este pensamiento es aplicable a cualquier situación. Y aunque nos parezca terrible lo que nos ocurre, la vida suele colocar frente a nosotros otras situaciones que pueden superan la nuestra. No estoy muy de acuerdo con el dicho de que la vida o Dios, te traen aquello que puedes superar. Por eso no entiendo que en ocasiones esa misma vida, traiga demasiadas cosas a una persona o se cebe con otras. 

El  viernes pasado por fin conseguí ir de nuevo a la consulta de oncología, después de la operación y de la posterior infección que retrasó mi recuperación y todos los planes previstos.

Como siempre, después de hacerme la analítica y de ver al doctor, subí a la planta de arriba para recibir el ciclo de lo que yo llamo quimio de mantenimiento. Al rato de comenzar, llegó una persona acompañando a lo que parecía un matrimonio de unos sesenta años aproximádamente ambos invidentes. A ellos, se les sumaba una joven de unos treinta y tantos años, síndrome de dawn y para más inri, con cáncer. 

Acudí tres veces al baño, siempre acompañada por la bomba que me suministraba la medicación. La primera vez, puede ver algunos cabellos en el suelo. La tercera, el número de cabello era alarmante. Pronto advertí que la chica nueva era su propietaria. Hoy se acostaría con parte de su melena, pero mañana lo más probable es que se levantase sin ella. 

Cuando uno termina su última carrera, no puede hacer otra cosa que sentir conmiseracion por aquellos otros que comienzan la suya. Ya sabemos lo que les espera. 

Fuerza para todos. 


                            Paula CRuZ Gutiérrez

martes, 12 de noviembre de 2019

El Dinosaurio.

Una mañana del mes de abril, un enorme Diplodocus llamado cáncer vino a buscarme por segunda vez. 


Estaba yo despispada, entretenida en otros asuntos, por eso, cuando llegó para mi sorpresa, anunció su presencia con un fuerte golpe. Allí mismo todo tembló. 

Yo lo miré entonces con recelo, miedo y estupefacción. Pero él lejos de marcharse sabiéndose fuerte, volvió a golpearme, esta vez, más duro. Traía compañia no venía solo, si no con otros dinosaurio de menor tamaño. 

Siendo ya consciente de su presencia, intenté correr deprisa para evitar que me aplastaran sus fuertes patas, pero no funcionó. Traté sin conseguirlo también de esconderme bajo su enorme barriga, pero al final siempre conseguía golpearme con su duro cráneo. 

Así resistí un embiste detrás de otro, hasta que ya no pude más y decidí pararme. Me acurruqué sin energía ni fuerzas para continuar. Cuando el dinosaurio volvió de nuevo, me encontró muy quieta y aunque intentó moverme con otro golpe, no lo consiguió. 

Desorientado y confuso por mi comportamiento decidió marcharse. 

Así fué cómo conseguí librarme de él, con la esperanza de que con el tiempo y mucha calma, las fuerzas vuelvan a acompañarme de nuevo y no tenga que volver a enfrentarme a ningún dinosaurio más. 


                                  Paula CRuZ Gutiérrez. 


miércoles, 6 de noviembre de 2019

eSTa NoCHe.

Me descubro mirando ensimismada por la ventana.

Desde ella, situada en la cuarta planta, puedo divisar tanto la carretera, como la ciudad de Madrid a fondo. Miles de lucecitas de colores iluminan el horizonte. Frente a mi, las cuatro Torres de la ciudad vigilan mi descanso. 

Hace una semana que ingresé para someterme a una nueva cirugía, y aunque todo ha salido bien y el personal es encantador, tengo muchas ganas de volver a casa. 

En cada intervención, mi aparato digestivo se paraliza, lo que implica que no acepta que entre ni salga ningún tipo de alimentos. Siempre necesito varios días para que vuelva a ponerse en marcha. Esta vez, lo ha conseguido al segundo intento. 

En teoría me daban el alta hoy. Esta mañana hice la maleta y dejé fuera únicamente lo que iba a necesitar para irme. Pero a media tarde me han comunicado que he de esperar a mañana. Entonces el mundo se me ha venido a bajo. 

Si, es solo una noche más. 
Pero es otra noche sin estar en casa, sin abrazar a mis hijos, sin dormir en mi cama. 

Por eso, estoy aquí sola en mi habitación, con la única compañia de los coches que circulan por debajo de mi ventana. 

Bajo la persiana y me voy a la cama, pensando que mañana será un día mejor. Pero vuelve a ocurrirle lo mismo. 


                                Paula CRuZ Gutiérrez. 

domingo, 3 de noviembre de 2019

SiN Tí.

Este año hemos sufrido tres pérdidas importantes, dos amigos y más recientemente, mi suegra.

Este texto, es para todos aquellos que se fueron antes de tiempo. Vuestros y nuestros. Por una causa o por otra. 


Imposible contar las veces que tu recuerdo me visita. Una canción, una comida, una flor o una coche como el tuyo, me acercan a ti todos los días. Es entonces cuando una sonrisa inunda mi rostro, viene a mi memoria la tuya, y la mía se engrandece aún más. Hace tiempo que comprendí que nunca te irás muy lejos porque habitas en mi interior. En ese rinconcito de mi corazón del que te hiciste dueño hace muchos años.

Sin duda, la tierra no es lo mismo sin tí, está mucho más vacía, pero los que aún estamos vivos, hemos de continuar el camino hasta que volvamos a encontrarnos.

Ya no puedo abrazarte, pero le envío mis abrazos al viento para que te los lleve allí dónde estés. Segura de que mi luz y mi amor te llegan.

Y mientras, aquí abajo los vivos dedicamos nuestros días a vivir, esperando que la tierra nos sea leve.


                                                                        Paula CRuz Gutiérrez.

viernes, 25 de octubre de 2019

PRoXiMa PaRaDa.




A raíz de los resultados obtenidos en las últimas pruebas, mi tren tiene una nueva parada, lo que los médicos llaman Rescate Quirúrgico. Que no es otra cosa, que volver a pasar por el quirófano.

La metástasis ha desaparecido y de los diferentes tumores que había de distintos tamaños, que afectaban a varios órganos, tan sólo quedan dos pequeñas manchas que hay que eliminar. Como los ciclos de quimioterapia han sido fuertes y yo estoy bastante debilucha, la mejor opción para eliminarlos es la vía quirúrgica. Y de paso si se puede, arreglarme la gran hernia que me produjeron las intervenciones anteriores. 

Mentiría si dijera que me apetece volver a ponerme en manos de los cirujanos, máxime, después de la hecatombe anterior. Pero entiendo que es un paso que he de afrontar. Aunque físicamente no me encuentre en el mejor momento. Así pues, el próximo lunes 28 de octubre, tengo parada y fonda con pensión completa de nuevo en el quirófano y después en la UCI. 

Por mi propio bien y el de las personas que me rodean, intento tomármelo con humor. Cuando la cirujano me explicó que había que hacerlo lo antes posible, entraron en acción mis dotes brujiles, y supe que sería el 28. Ese día era el cumpleaños de mi padre. Así pues, cuando me llamó para informarme de la fecha elegida, no puede hacer otra cosa que sonreír.

Voy a preparar la maleta, echaré unos camisones, la bolsa de aseso y mi mejor versión, a ver si esta vez, todo sale según lo establecido.

Esta melodía me llena de energía y como dice su letra, todo saldrá bien y tarde o temprano, yo conseguiré mi sueño de vivir junto a la montaña.

Continuará...


                                                                       Paula CRuZ Gutiérrez.







viernes, 18 de octubre de 2019

SoRPReSaS Te Da La ViDa.






Ayer al despertar pensé que seria otro día como el anterior, que me dolería todo el cuerpo debido a un catarro que nadie sabe de dónde a venido, y que se debe a que mis defensas están muy bajas y cazan al vuelo todo aquello que no deben cazar.

Como otros muchos días, tenía cita en el hospital a si que allí me fui. Al ir buscando mi consulta por el pasillo, vi de reojo una figura vestida de negro, con la cabeza gacha, mirando ensimismado su ordenador. Dí un paso hacia delante para continuar mi camino, pero entonces me percaté de que el perfil y el flequillo de aquel sacerdote, me era muy conocido. Inmediatamente sonreí y pensé que no podía ser él. Retrocedí un paso y de broma le dije, --Buenos días padre, ¿cómo está usted? El cura en cuestión, se volvió hacia mí y con una amplia sonrisa me dio dos enormes besos.


El día que había amanecido anodino, se convirtió de éste modo en un día especial, lleno de luz y de color, al aparecer de manera improvisada uno de mis más antiguos amigos. Veinticinco años después sigue conservando un sentido del humor voraz, que no deja títere con cabeza, incluyendo a él mismo. Nunca he conocido a nadie que se ría tanto de su propia persona.

Pasamos la mañana juntos, entre broma y broma esperando que nos llamaran para pasar a nuestras respectivas consultas. Una vez terminadas nuestras tareas hospitalarias, nos fuimos agarrados del  brazo a tomar un café. Nos reímos muchísimo contándonos nuestras múltiples dolencias, me enseñó algunos de sus últimos dibujos y nos intercambiamos una receta de lentejas. Es imposible estar con él y permanecer serio o negativo, y a pesar de ocupar un alto cargo dentro de la Iglesia, sigue siendo tan sencillo y cercano como cuando nos conocimos comenzando los estudios.

Le conté que próximamente volverán a operarme, y me dijo me iban que me iban a dejar "divina de la muerte", mucho más de lo que la estaba.

Por eso, nunca deis por sentado, que el día de hoy no puede sorprenderos, porque probablemente os equivoquéis.

Felices y numerosas equivocaciones.


                                                                          Paula Cruz Gutiérrez.


lunes, 14 de octubre de 2019

La LeVeDaD DeL SeR.



Contemplo las estrellas que iluminan el cielo por encima de la copa del ciprés. Mientras me balanceo suavemente en la hamaca a mi mente le da por divagar, sobre la vida, la no existencia, la existencia de muchas vidas en una sola, o la inexistencia de la vida en sí misma.

Cada uno nos labramos nuestro propio camino con nuestras acciones o con la falta de ellas. Todas las decisiones que tomamos hoy, afectan inexorablemente a nuestro presente y a nuestro futuro. Aunque en la mayoría de las ocasiones no seamos conscientes de ello.

Vivir implica decidir, pero nadie está exento de equivocarse. Todo el mundo va cometido errores, unos más grandes y otros más pequeños, porque la vida en sí misma es una larga lista de pruebas y de errores. 

El siseo de las alas de una paloma al sobrevolar el patio, me remite al día de ayer en el parque. Conseguí llegar dando un paseo tras descansar a mitad de camino y al llegar sólo pude sentarme en un banco para ver jugar a mis hijos. En el banco de al lado, dos chicas jóvenes parloteaban, fue entonces cuando escuché a una de ellas decirle a la otra, que se echó a llorar cuando se probó un pantalón en la tienda y vio que no le servía. Esto me hace desear que ojalá todos mis problemas se resumieran en tener unos kilos demás (que también los tengo). 

Concluyo el rato de descanso pensando que la levedad del ser y sus problemas nos afectan de manera desigual a cada ser humano. 


                                                                       Paula CRuZ Gutiérrez.

sábado, 7 de septiembre de 2019

DaNieL y DaNieLa.



La historia que hoy nos ocupa es la de Daniel y Daniela.

Ambos nacieron cronológicamente muy cerca, en la misma ciudad pero en familias distintas.

Daniela fue una niña esperada, desde el primer momento se convirtió en los ojitos de su padre. Ambos progenitores amaban a su hija, la apoyaba e intentaron siempre que inculcarle que debía preocuparse no sólo por ella, sino también por los demás.

La joven tuvo una infancia feliz. Acabó como pudo sus estudios de secundaria y al terminar tomó una decisión. Habló con sus padres y estos sabedores de que su hija no había nacido para ir a la universalidad, aceptaron la proposición: estudiaría un módulo de Secretariado para incorporarse a trabajar después. Y así empezó una nueva etapa. Siempre agradecida por los padres que le habían tocado en suerte.

Muy al contrario, Daniel no fue un niño esperado. El cuarto de cuatro hermanos varones, su madre lo parió a desgana. Otra vez se quedaba con el capricho de tener una hija.

Con unos padres de mentalidad cerrada y férrea, el niño fue creciendo solo, era soñador e inquieto y no le gustaba jugar con sus hermanos mayores. Nunca recibió un beso de sus padres , ni unas palabras de ánimo y si más de una bofetada por no cumplir las normas. Aquella terquedad y la lucha fratricida que mantuvo durante años con sus padres, hicieron que se forjarse en él un carácter inconformista y combativo.

Al alcanzar la madurez, decidió que debía liberarse de todo aquel dolor acumulado y tras un un gran trabajo interior, consiguió perdonar. No lo hizo por sus padres, ellos le daban igual, fue un acto de egoísmo hacia sí mismo, porque necesitaba encontrar cierta paz interior. Aunque tenía claro nunca se le olvidaría todo lo ocurrido.

Tras pasar el tiempo y trabajar mucho con su niño interior, en el fondo de su corazón surgió cierto agradecimiento, porque gracias a todo lo que le había ocurrido, se había convertido en la persona fuerte que era hoy.

Conclusión, no siempre las cosas ni las personas son como deseamos, pero siempre nos son útiles.  



                                                                        Paula CRuz Gutiérrez.

jueves, 29 de agosto de 2019

aGoSTo.



Apurando los últimos días del mes de agosto voy haciendo repaso. Ha sido un mes muy complicado, por llamarlo de alguna manera.

La última sesión de quimio me causó estragos y me undió física y psicológicamente después. Aunque he de confesar que como el barco ya hacía aguas por varios frentes después de los ciclos anteriores, no resultó difícil undirlo. 

Llegué a la sesión agotada, llevaba casi una semana sin dormir y por lo tanto, sin descansar. En los ratos en los que conseguía conciliar el sueño, mi cerebro me torturaba producción unas fuertes y cruentas pesadillas, en las que bien me mataban a mí o era yo la que se encargaba de asesinar a medio país a machetazos.

La falta de descanso, la anemia, las defensas bajas, las llagas en la boca y la nariz, junto con el fuerte calor y unos enormes dolores de cabeza componentes el cóctel de mis días.

Esta nueva quimioterapia tiene otros efectos secundarios que se van acumulando ciclo tras ciclo, sin darle tiempo a mi médula a reponerse.

En contraposición a todo esto, se encuentra mi físico. A pesar de estar muy inchada y con mal color de cara, sigo conservando buen aspecto. Lo que implica los típicos comentarios de "yo te encuentro bien" junto con el "anímate". 

No se fien, porque aunque el chasis se mantenga en pie, el motor ya está "muy gripado".

Aunque me ha costado, comienzo a remontar. Encarando septiembre y con él las rutinas que tanto echo de menos. Volvemos a casa después del verano para continuar allí con el tratamiento, confiando en que mis defensas hallan conseguido subir y que el próximo ciclo del martes me sea más leve. 

Espero que vosotros también tengáis buena vuelta al cole. 





                                                                                                       Paula CRuz Gutiérrez.

jueves, 8 de agosto de 2019

Hay VeCeS.




Hay veces que los sueños se gastan de tanto usarlos.  Se parten en mil fragmentos que se lleva el viento para no recomponerse jamás. Sueños rotos que quedan huérfanos sin destino ni destinatario.

Hay veces, que es mejor parar, dejar de nadar en contra o a favor de la corriente y dejarse llevar. Aunque el agua nos lleve a aguas mucho más profundas y no sepamos nadar.

Hay veces, en las que uno es fuerte hasta que deja de serlo, el cansancio y el dolor, tan sólo dan pasado a las dudas, al silencio y al llanto. Admiro a esos enfermos que aceptan su destino y deciden no darse ningún tratamiento. Convirtiéndose de esta forma en los únicos dueños de su destino.

Hay veces en las que mis hijos me preguntan porqué no puedo estar sana como las otras mamás. Porqué siempre estoy enferma y cansada. Yo no sé que responderles, porque su mirada infantil no alcanza a comprender mi situación. Muchas veces me pregunto que si no soy capaz de cuidar de mí misma,  ¿cómo voy a cuidar de ellos? Se me antoja absurdo e injusto y me parece que les estoy robando parte de su infancia. Pero lo que sí está claro es que el cáncer nos afecta a todos.

Estos días hay veces, en las que he llegado a la conclusión de que no vale la pena tanto sacrificio,  para que el año que viene vuelva a aparecer otro tumor inesperado y todo comience de nuevo. 

A veces, es mejor admitir que si el cáncer ha vuelto es porque puede haber otro destino diferente al que nosotros nos empeñamos en imprimir. Y es importante no olvidarlo.



                                                                       Paula CRuZ Gutiérrez.

domingo, 4 de agosto de 2019

Y VoLVeR, VoLVeR a La QuiMio oTRa Vez...


Las vacaciones acabaron pronto, había que volver para recibir el siguiente ciclo de quimioterapia. Este verano se plantea así, ciclo cada quince días y entre uno y otro, los días que el cuerpo me lo permita ir haciendo alguna actividad.

El lunes fuimos al hospital como estaba programado, me hice una ecografía, subí a que me colocaran la aguja en el porta cath para la analítica y el ciclo y pasé a consulta. Una vez dentro, la doctora me dijo que tenía las defensas bajas y que no podía darme el ciclo, que debíamos esperar una semana a ver si me recuperada. Ya me habían avisado de que este nuevo fármaco de la quimio atacaba a la médula espinal, por eso había que administrar los ciclos cada cuatro semanas, no cada tres como es habitual. Como otro de los fármacos no podía esperar tanto tiempo para administrarse me lo tenían que dar cada dos. Así pues, tengo un ciclo corto cada dos semanas y otro largo cada cuatro. O lo que es lo mismo, tengo que acudir a quimio cada quince días.

Este corto espacio de tiempo entre un tratamiento y otro, impide a mi organismo recuperarse de los diferentes ciclos tan seguidos. Voy solapando efectos secundarios de unos y de otros sin solucionar librarme de ninguno. Intento consolarme pensando que el tumor va desapareciendo de nuevo y que tan sólo son unos meses, después empezaré de nuevo a recuperarme. Pero los días son largos y los dolores también, la medicación se va acumulando, mis órganos se quejan y yo también.

Habrá que resistir lo mejor que podamos hasta alcanzar la meta, pensando que ya llevamos medio camino recorrido.



                                                                       Paula CRuZ Gutiérrez.


martes, 30 de julio de 2019

EL MaR.




Podría pasarme media vida sentada frente al mar o incluso haciendo un pequeño esfuerzo, la vida entera.

Sentir cómo la brisa me acaricia el rostro y me trae su olor salado que tanto me gusta. Ese olor que caracteriza la vida marina y que nosotros, los humanos, ni siquiera alcanzamos a intuir cómo podría ser vivir bajo el agua.

Sentada en la orilla siento como la espuma nívea de las olas choca contra mi cuerpo. Un mar incansable e irreverente que muestra su bravura a todo aquel que desee contemplarla. 

Con los ojos cerrados me centro en aspirar su olor, a sal, a vida. Es entonces cuando el agua demuestra todo su ímpetu contra mí y una ola me lanza hacia atrás cual muñeca de trapo. Intento resistirme, pero me lanzan una ola tras otra. Opto por dejarme llevar, cual juego de niños.

El mar que estos días está picado sigue con sus embistes, lo comparo entonces con nuestra mente. Y a esas olas incesantes, con los pensamientos que a veces nos atormentan sin que seamos capaces de librarnos de ellos.

Esta tarde, los peces parecen estar juguetones saltando por encima del agua, lo hacen sin timidez saliendo y entrando a su antojo. Es como si tras la retirada de los humanos, hayan decidido reconquistar el líquido elemento. Un hogar invadido.

La tarde va cayendo y el sol está en retirada, escondiéndose tras las casas para irse a descansar, sabiendo que mañana volverá a brillar en todo su esplendor y con la misma intensidad.

Buenas noches a todos.


                                                                       Paula CRuZ Gutiérrez.

viernes, 19 de julio de 2019

La Música y LaS FieRaS.

La semana pasada estuve muy nerviosa sin saber muy bien el motivo.
En un principio, creía que era porque estaba pendiente del resultado de las pruebas para ver cómo evoluciona el tumor con el tratamiento, pero en el fondo sabía que no era eso.
En este aspecto sigo pensando que todo va bien y de hecho, he recibido buenas noticias: hemos conquistado ya medio reino.
Mi malestar venía por otro lado, pero no era capaz de identificarlo.
Hasta que caí en la cuenta de que lo que en realidad me ocurría es que he aceptado el cáncer, pero no los cambios que produce la quimioterapia en mi cuerpo. Sufro fuertes dolores de cabeza que aún no he conseguido controlar a pesar de que cada vez tengo una medicación más fuerte. El fármaco nuevo me produce pesadillas, por lo que muchas noches no descanso y durante el día estoy tan cansada, que parezco "un alma en pena".
Con esta quimio el cabello y las uñas siguen en su lugar aunque hay días que me duelen. Pero las yemas de los dedos de las manos, se han alisado y arrugado en diferentes zonas. Como resultado, mis huellas dactilares se han deformado.
Por otro lado, mi cuerpo se ha ido hinchando cada vez más, lo que me hace sentirme incómoda por un lado y deforme por otro. Me cuesta horrores ponerme el bañador del año pasado y no puedo ponerme las sandalias que compré a principios de verano, porque van abrochadas al tobillo y como están tan hinchandos no me alcanzan.
En fin, parece que he de seguir aceptando cosas además de superar algunos complejos.
El viernes por la noche mientras cenábamos en un chiringuito había música en directo y creo que era lo que necesitaba.
Un intérprete con su guitarra acústica y con una voz suave pero firme, fue interpretado clásico del pop en inglés. Era un chico joven, pero un maestro de tantos como hay por ahí anónimos. Con su guitarra y su sonrisa nos encandiló a todos. Después de un descanso comenzó con la guitarra española a tocar clásicos.
Escuchando el Concierto de Aranjuez me fui tranquilizando y la melodía me ayudó a reflexionar. Disfruté de la música y de la compañía de mi familia mientras observaba las olas incansables, chocarse una y otra vez contra la orilla.
Volví a caer en la cuenta de que cuando nos convertimos en un mar embravecido e incesante, es mejor parar y cambiar de perspectiva, para poder identificar cual es nuestro problema y así poder encontrar una solución.
Dicen que la música amansa a las fieras y yo tan sólo soy una fiera más.
                                     Paula CRuZ Gutiérrez.

miércoles, 17 de julio de 2019

eL ReiNo CaíDo.


Esta es la historia de un reino muy cercano, dónde gobernaba un emperador tirano. Sometía a sus súbditos con sus temibles marcadores tumorales. Un buen día, esos marcadores decidieron irse de fiesta. Subieron y subieron más allá del cielo y allí los médicos los encontraron jugando entre las nubes. Aquella subida tan alarmante indicaba claramente que el emperador había conquistado aquél imperio. Durante un período de tiempo fue el único rey, haciendo y deshaciendo a su antojo. Pero un buen día su reinado acabó y no tuvo más remedio que exiliarse.

El emperador que se sabía fuerte y era muy avaricioso, intentó en silencio recuperar su reino perdido y así comenzó a crecer de nuevo. Pero esta segunda vez, aunque envío a sus soldados, los marcadores rápidamente delataron su presencia y no pudieron subir ni una triste montaña. Antes de ser descubiertos, escaparon deprisa, agazapados entre las ramas de los árboles y las piedras del camino, rodeando valles y caminando en la oscuridad. Pero una simple analítica los detectó, y ahí comenzó su retroceso.

El temible emperador ya no pudo seguir adelante, se quedó sin ninguna posibilidad de conquistar de nuevo aquel reino. Al ser descubierto, nos pusimos manos a la obra y entre todos construimos una gran pared, tan alta como pudimos para truncar sus planes. Así seguimos, colocando ladrillos y amasando cemento. El cáncer se siente acorralado, sabe que no tiene otra opción que desaparecer de nuevo, sabe que en este cuerpo nunca podrá reinar. Pero como es poderoso y concienzudo, sigue intentando crecer y me pone trabas en el camino, en represalia de las que yo le pongo a él. Y de este modo, lo nuestro se ha convertido en un te doy y te quito, en un deseo que te vayas y en un yo quiero quedarme.

Ahora, hay que esperar al resultado del TAC para ver quién sale más guapo, si él o yo. Aunque no tengo ninguna duda de que él saldrá mucho más desfavorecido.

Aquí la reina soy yo.


                                                                                                    Paula CRuZ Gutiérrez.

El PRiMeR SeMeSTRe .

Siempre hay historias por contar, reales o ficticias, verdaderas o falsas pero que nos sirven de distracción.

Historias sanas que nos ayudan o menos sanas que dejan al descubierto nuestros anhelos. Pero siempre creadas a partir de la misma base: una consecución de letras e ideas que desembocan en un texto.


Hoy mi reflexión gira sobre la idea de que el primer semestre del año llega a su fin y mientras estoy en la cocina, voy haciendo balance.

Me encuentro preparando una empanada para la cena escuchando  música. Esperamos a dos amigas que vienen a cenar, cada una traerá algo para picar y sin duda, pasaremos un rato agradable.

Y mientras barnizo la empanada con el huevo batido pienso en lo afortunada que soy, por la familia y los amigos que tengo. Es cierto que vuelvo a tener cáncer, pero eso no me impide ver el resto de mis "activos" y creo que la balanza se decanta hacia el lado de todas las cosas buenas que me rodean.

También es cierto que no ha sido un semestre fácil, comenzó con el deceso de dos amigos muy queridos, continuó con el diagnostico del nuevo tumor y siguió con los nuevos tratamientos de quimioterapia.

Pero entre tanto, organizamos una fiesta preciosa, llena de cariño y de agradecimiento a la vida y a todas las personas que nos rodean. Celebramos nuestra boda y el bautizo de nuestros hijos rodeados de familia y amigos. Esto nos dio la fuerza suficiente para comenzar de nuevo con los tratamientos venideros. Ya sabéis que mi lema es "luchar por la vida" y en ello me hallo. Y así van transcurriendo mis días, unos malos sufriendo los efectos secundarios producidos por los fármacos y otros días más llevaderos que me permiten hacer pequeñas cosas. 

Y aunque la vida me frene de nuevo yo voy buscando la energía positiva que me permita sobrevolar los días con sus diferentes desencuentros.

Ahora toca comenzar semestre nuevo, con la firme esperanza de que sea mucho mejor que el que se marcha.


                                                                       Paula CRuZ Gutiérrez.



viernes, 12 de julio de 2019

Quimiocerebro.


Son innumerables las lindezas que nos ofrece la quimioterapia en forma de efectos secundarios. El día que acudes a la administración del primer ciclo y el personal médico te ofrece el folleto informativo de la medicación, más te vale que te abstengas de leértelo. Dicen que la curiosidad mató al gato y en este caso el que morirás del susto serás tú mismo, cuando leas todo lo que puede ocurrirte. Te mostrarán un informe detallado con tantos efectos secundarios como puedas imaginar que te inquietaran pensado cuáles te afectarán a tí.

Y aunque son muy conocidos los problemas digestivos, la caída del cabello, la falta de apetito, el sabor continúo a metal, hay otros muchos más, como el fuerte dolor en las articulaciones,  las llagas en la boca, el daño provocado en la dentadura o los fuertes dolores de cabeza, por mencionar algunos.

Pero existen otros efectos secundarios menos visibles y menos conocidos que los científicos han bautizado con el nombre de quimiocerebro. Por la sencilla razón, de que afectan de manera silenciosa a nuestro sistema neuronal.

Es habitual que suframos pérdidas de memoria, que de repente se nos olvide cómo se llama cualquier conocido u objeto cotidiano, que tengamos pérdida de concentración, pesadillas o que nuestra mente se ralentice y por momentos seamos incapaces de hilar dos pensamiento coherentes, lo que nos impide muchas veces expresar como nos sentimos tras la administración de los fármacos de quimioterapia.

Estos efectos nos producen problemas físicos como el cansancio o la visión borrosa, pero también psicológicos porque nos cuesta comprender por qué nos ocurren estás cosas.

En mi caso os contaré que he tardado tres años en poder leerme un libro entero, porque no era capaz de concentrarme en la lectura, mi cerebro se perdía con increíble rapidez.

He de reconocer que todos estos efectos me agobiaban mucho. Por eso me refugié en la escritura, para obligarme a pensar de manera ordenada. Y esta terapia me resultó muy útil, aunque tan sólo escribiera texto cortos, porque era mucho más de lo que podía verbalizar.


                                                                       Paula CRuZ Gutiérrez.







domingo, 23 de junio de 2019

cArrEtErAs InfInItAs.




Son las seis de la madrugada de un martes cualquiera. El desorden en la cama es sólo comparable al desasosiego que acongoja a su morador. El problema no ha comenzado hoy, sino hace varios meses cuando recibió la fatídica noticia.

Pedro ha sufrido un fuerte descalabro que ha desbaratado sus planes. Su vida perfecta se ha esfumado, todo pende de un hilo. El que presumía de ordenado, habita ahora en el caos. 

Su vida tranquila y segura, ha sido sustituida por algo imperfecto y totalmente inseguro.

Se siente incapaz de hacer frente a esta concadenación de descalabros totalmente inoportunos.

Sentado en la silla de víctima, imagina tramas corruptas que sólo le afectan a él.  Llora, blasfema y se enrabieta un día tras otro, compadeciéndose de sí mismo y convenciéndose de que es la única víctima de aquella situación rocambolesca. No entiende lo ocurrido y no deja de preguntarse porqué le sucede todo aquello, quizás el karma tenga algún motivo oculto para vengarse de él. No caben contrariedades ni otras opiniones que no sea la suya propia, por eso, se rodea de gente que siempre le da la razón y escucha sus quejas continuadas.

Pero hoy ha coincidido con un amigo que le ha desmontado sus argumentos, algo que no le ha gustado. Por eso, lleva toda la noche dando vueltas en la cama, sin conciliar el sueño.

Su amigo le ha roto los esquemas al decirle que porqué no cambiaba su punto de vista sobre la situación. ¡Pues porque sencillamente, no hay otro!. ¡Con lo cómodo que se siente él interpretando su papel de víctima, siendo el protagonista de todas las miradas! 

No, aquella petición además de disparatada le parece absurda.

El que a ojos de sus allegados es una persona inteligente, independiente y seguro de sí mismo, su amigo le ha hecho ver que está demostrado ser todo lo contrario, un ser indeciso, infeliz y quejicoso.

¿Y si tal vez pudiera considerar la posibilidad de ponerse en marcha e intentar solucionar todo aquel embrollo? ¿No estaría complicándolo todo?

Justo unos minutos antes de que el sueño lo venciera, se le ocurrió la aún remota idea de que tal vez, sólo tal vez, la vida le estuviera mostrando una carretera secundaria por la que escapar. Una segunda oportunidad con un lienzo en blanco para de nuevo poderlo colorear.

El sueño le lleva por carreteras infinitas hasta ahora inescrutadas, pequeños seres oníricos de cuerpos extraños, le acompañan en este viaje, mientras le hablan en un idioma desconocido que sin embargo, entiende correctamente.

Y en medio de uno de esos caminos, se vuelve a ver cómo el hombre apuesto, inteligente y valiente que en realidad es y que hacía tiempo que había olvidado. Esto le aporta la fuerza necesaria para continuar.

Uno de esos seres de cabeza diminuta, le explica que cuando algo se acaba que tan solo es el final de una etapa y que todo termina porque nos espera algo mucho mejor que lo que teníamos hasta ahora. Que es aconsejable pasar página porque si no, nuestro sufrimiento y el de los demás, se alarga de manera innecesaria.

Que él era el único capaz de otorgarse la posibilidad de ser feliz, que los demás carecen de poder sobre nosotros si no nos dejamos influenciar. Esta idea, le proporciona un chute de positivismo y esperanza y decide que no merece la pena vivir en la prisión de las dudas, los rencores y del odio.

Que siempre hay que pensar y trabajar para que mañana sea mejor que hoy.

Y así, mientras sus nuevos amigos se despiden, él se despierta empoderado y decidido a salir cuanto antes de aquella situación.


                                                                       Paula CRuZ Gutiérrez.


miércoles, 12 de junio de 2019

AcEptAcIOn.






Últimamente me han preguntado en  varias ocasiones cómo se afronta una recidiva y la verdad, es que no sé muy bien qué contestar. Porque aunque soy plenamente consciente de lo que me ocurre, a veces, me parece contemplar la situación de lejos. Como si fuera el espectador de una pésima película y pudiera escapar de ella con apagar la televisión. Supongo que la mente utiliza sus propios recursos para hacer más llevadera cada situación. Y que estos no son ni buenos ni malos mientras nos sean válidos.

En mi caso al recibir la noticia ha surgido la sorpresa, la incredulidad, la negación y después la aceptación, aunque al principio haya sido a regañadientes. Pero aceptación al fin y al cabo.

Aceptación para admitir su vuelta y sus consecuencias. Después de un año limpia nadie se lo esperaba, ni el cuadro médico ni yo. Pero lo cierto es que ha venido y hay que hacerle frente.

Aceptación para someterme de nuevo a la quimioterapia y a sus efectos. Igual de nocivos como conocidos. Porque el que tenga conocimiento de todo a lo que me enfrento no alivia los síntomas.

Aceptación y valor para reconocer que la vida me para de nuevo. Que ahora que comenzaba a recuperarme de los tratamientos anteriores he de volver a empezar y aparcar de nuevo los planes de futuro. 

Aceptación y confianza en que si fui capaz de reponerme la vez anterior, ahora que la afectación es menor, también lo conseguiré.

Aceptación de que vendrán días malos y que aún así, el número de días buenos es mayor. Conozco el proceso y sé que en los próximos meses tal vez haya muchos días malos producidos por la medicación, pero también podré disfrutar de otros muchos días soleados.

Aceptación para recorrer los caminos torcidos que tiene la vida y disfrutar cuando nos encontramos un tramo recto y llano. No todos son renglones torcidos, aunque algunos días nos lo parezca. 

Aceptación para conseguir esa paz interior tan necesaria y poder ser feliz a pesar del cáncer. Sin esa tranquilidad interior nunca seré capaz de disfrutar ni de hacer frente a la enfermedad. Es algo primordial en todo proceso.

ACEPTACIÓN. Palabra clave en muchos momentos de nuestra vida, da igual cuál sea nuestra situación.


                                                                       Paula CRuZ Gutiérrez.