...Todo está escrito, pero hemos venido a jugar.
Esto no es un juego,
es tan real como la vida misma,
pero
siempre me ha gustado recordar mis tiempos jóvenes.
Aquellos
cuando nos invitaron los profesores
a realizar
alguna obra de teatro, con mayor o menor dificultad.
Cuando menos te lo esperabas,
te tocaba incluso ser el protagonista, o casi.
Pues bien,
de aquellos lodos me ha quedado un buen sabor de boca,
para permitirme hablar hoy lo que os paso a compartir.
No sé si a
ti, buen amig@, me permito tutearte,
te habrá
pasado algo parecido,
pero si no
te has dado cuenta, te pido que le eches un vistazo,
y no dejes
tan rápido la lectura,
con la excusa de que a ti, lo del teatro, no te va.
En el
reparto de papeles de la obra en cuestión
siempre es
bueno esa primera tensión
ante el reparto de papeles,
de cuál es
el papel que me ha tocado
para esta
obra, en este lugar y a esta hora.
Y a cada
uno nos toca uno diferente,
no sirve decir que me gustaría ser...
o qué se yo.
Pero es
que incluso en un momento dado
nos puede
tocar ser público,
y estar
tranquilamente en nuestro asiento
viendo
pasar las distintas escenas.
O incluso
ser teloneros, palmeros,
aquellos
que ponen una melodía,
aquel que
se sabe todos los papeles,
¿como era?, ah sí, el apuntador,
los que
llevan las luces
y dónde
tenemos que poner el foco y las luces.
O incluso
también nos puede haber tocado
llevar la
batuta y dirigir el cotarro.
Seguro que
los que saben más de teatro que yo
me pueden
apuntar algún que otro papel
más o
menos alejado de la realidad.
E incluso
si nuestra obra es de las sencillas de cole,
seguro que
no necesita mucho atrezzo,
pero si
jugamos en las grandes ligas,
todo se
complica un poco.
Y necesitaremos desde carpinteros, diseñadores,
e incluso, en nuestra gira, deberemos llevar
algún que
otro personal técnico sanitario.
Vamos a
todo trapo, como dirían mis hijos.
Y cómo no,
siempre detrás del escenario,
hay un
gran equipo, que creo que he nombrado arriba,
pero vamos, ¡que cortan unos trajes estupendos!
Pues bien,
después de describiros la escena,
he de
decir que me gustaría
que grandes
y pequeños
veamos
esta descripción
como la de nuestra propia vida.
Y es que
así somos,
hemos
venido con un pan bajo el brazo,
y con un
libreto en la mochila.
Y aunque
las pautas están marcadas en el papel,
nos toca
darle entonación, ponerle sentimiento,
vamos
ponerle un poco de chispa a esta insípida obra,
si es que hemos decidido vivirla así.
Pero voy
un poco más allá,
para todos
aquellos aguafiestas,
que nos recuerdan que ya no tenemos nada que
hacer,
que todo está escrito.
Pues bien,
si que llevan razón,
hay algo
escrito,
y es el
final,
eso es todo lo que está escrito.
Puesto que,
aunque
muchos nos quieran hacer ver
que esto
ya está más que trillado,
a mí me
gustaría compartir una sensación,
que no sé si te pasará también a ti, querid@.
El que mi
guion está en blanco,
porque yo
soy el que voy marcando negro sobre blanco
cómo
quiero actuar en esta vida.
El guion
viene diseñado desde los despachos
y desde la
imaginación del que se dedicó a escribirlo,
y escribe
lo que se imaginó que sería lo mejor para nosotros.
Pero nosotros somos muy libres de elegir cómo
interpretar ese papel.
Pero es
que además en el teatro de la vida
nadie nos
ha dicho que también se puede cambiar de papel,
y aunque
el guion sigue siendo el mismo,
si uno
elige ser el protagonista,
o en un
momento dado sentarse en el banquillo
también se
puede.
Las únicas letras de todos los guiones
que si que
no se pueden borrar
son las de
THE END,
y los
subsiguientes aplausos
que todos
esperamos recibir
cuando todo esto termine.
No me
gustaría terminar
sin animar
a todos un poquito, a cambiar de lugar,
a dejar de ser lo que hasta ahora hemos venido
siendo,
o más
bien, a tomarnos un respiro
con aquel
papel que tanto nos agobia en este momento.
Sentarnos
a distancia del escenario,
o vernos
desde el palco,
pues
también los hay,
y nos lo
merecemos,
y mirar la
película de nuestra vida,
como eso…
como lo que es,
un
tremendo Circo,
donde
hemos venido a jugar,
aunque a
veces nos toque estar en el banquillo.
Por cierto, no vale
echar balones fuera.
GRACIAS POR COMPARTIR
Hola, Julián.
ResponderEliminarMe ha encantado.
he de decirte que quiero aprender muchas de las cosas de las que hablas. A veces quisiera cambiar mi papel, pero me cuesta. A veces quisiera verlo incluso desde fuera, pero también me cuesta.
Gracias por este precioso texto. Me ha encantado.
También disfruté del teatro hace muchos años, y lo disfuté tanto...
Un abrazo infinito.
A veces cuesta tanto cambiar de lugar que nos parece que sí, que todo está ya trazado de antemano y no podemos salirnos del papel...
ResponderEliminarPrecioso texto Julián. Lleno de sabiduría. Eres un gran maestro, dentro y fuera de clase. Aprendo tanto leyéndote, que hasta me sorprendo a veces. Que cierto es, que esta vida no es más que el escenario en el que nos tenemos que mover todos los días. Cada nuevo amanecer, nos depara la posibilidad de un nuevo personaje, de una nueva vivencia, de una nueva aventura. Habrá días en las que esa aventura que nos toque vivir estará llena de sonrisas y de felicidad y nos sentiremos tan plenos que creeremos que nadie puede arrebatarnos ese papel de protagonistas subidos al escenario. Pero habrá otros días, donde la obra sea triste, donde solo haya lagrimas y dolor y donde queramos pasar más que desapercibidos. Aún así, en esta obra de la vida nada está escrito. Tenemos miedos que nos impiden avanzar. Lo vamos posponiendo todo, para "algún día", desconociendo si ese algún día será real o simplemente un espejismo que nos sirva de consuelo.
ResponderEliminarHace poco leyendo un poema de Borges, me di cuenta de que la vida pasa y que al final en esta obra llamada vida los protagonistas somos nosotros , pero ¿ cuantas veces dejamos pasar la vida , sin ser nosotros los que pasamos por ella? ¿ Cuantos arrepentimientos vanos? ¿ Cuantos si yo hubiera hecho o dicho o viceversa? y ¿ porque no nos planteamos que tenemos la suerte de ver amanecer, que la vida nos da un día más para ser los protagonistas y que deberíamos vivir sin miedos, sin complejos,sin sufrimientos inútiles, sin hacer de una tonteria una montaña? ¿ Cuanto nos va a costar aprender esto? ¿ o tendrá que bajarse el telón para darnos cuenta de cuantos actos de nuestra vida, no tuvieron sentido, por culpa solamente de nosotros mismos?
Shakespeare hizo la pregunta clave en Hamlet ¿ ser o no ser? Quizás debamos ser, lo que nunca nos atrevimos a ser y hacer de nosotros ese personaje que por encima de todo sepa ser feliz y hacer felices a los demás antes de que caiga el telón y oigamos los aplausos.
Marta