viernes, 7 de febrero de 2020

El Perito.



Hace un par de semanas mi hija enfermó con un virus estomacal, unos días después lo hizo mi hijo y a continuación me tocó a mí. Al virus le siguió el ciclo de quimio y como tenía ya resentido el estómago, la cosa no hizo sino empeorar. 

En uno de esos momentos en los que me encontraba mal, me acordé de un perito forense que me representó hace un par de años en un juicio. En mi defensa alegó que debían darme lo que solicitaba porque con mi enfermedad, a lo sumo podría vivir cuatro o cinco años más. Peregrina defensa pensé cuando lo leí y después, cuando vi su declaración en el vídeo ante el juez, me inundó una profunda indignación.  Con aquello se me revolvieron las tripas al igual que con el virus. 

Afortunadamente voy vadeando los baches que el camino me va poniendo, han pasado ya casi los cuatro años desde que me diagnosticaron el cáncer de ovario. Y confío en que el pronóstico del susodicho perito no se cumpla. Se que se fundó en las estadísticas para basar su informe, pero creo que sus argumentos deberían haber ido por otros derroteros y como profesional debería saberlo. A veces hay que tener cuidado y un poco de mano izquierda para no herir los sentimientos de los demás. 


                                                                      Paula CRuZ Gutiérrez. 


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