¿Es absurdo sentirse feliz cuando uno tiene cáncer? Puede que sí, o puede que no.
Esta semana para transcurrirá para mí, a la espera de que los médicos me comuniquen su decisión de qué nuevo tratamiento debo iniciar. Y la semana que viene, volveremos a retomar una rutina ya conocida, pero que vendrá cargada de matices nuevos.
Es normal dejarse arrastrar por el miedo, en este caso por ser algo ya conocido, y saber cuales son sus consecuencias.
También es lógico enfadarse con el mundo, con los médicos, con Dios y hasta con el vecino si se pone a tiro.
Pero yo he decidido que aunque mis circunstancias no sean de lo más halagüeñas, no voy a enfadarme. De nada me va ha servir y no deseo que mi tiempo transcurra entre lamentos.
Todo ésto no implica que no tenga días malos, como todo el mundo. Lo que quiero decir, es que no deseo que esos días grises se apoderen de mí y ni tampoco que ocupen todo mi tiempo.
Si he de seros sincera, nunca me había divertido tanto contando a mis amistades que tengo cáncer por tercera vez. Está siendo una semana divertida. Algunos me escuchan serios y otros se parten de risa conmigo pensando que estoy de broma. Pero al final, pese a la gravedad de la noticia, todos acabamos riendo.
Habrá personas de a pie, que opinen que he perdido la poca cordura que me quedaba, algo que es completamente incierto, ya que la cabeza debí dejármela olvidada hace muchos años en algún garito. Desde entonces no he vuelto a encontrarla. Además tengo testigos que abalan mi teoría.
Ciertos profesionales como médicos y psicólogos opinan que estoy profundamente cuerda, cosa que creo que tampoco es cierta, algún tornillo que otro me falta, o están mal colocados.
Nadie como yo sabe que este es un tema serio, pero no tengo ganas de echarle más leña a un fuego que ya está suficientemente encendido y avivado por sí solo.
Así que riámonos hoy, que mañana será otro día.
Paula CRuZ Gutiérrez.
1 comentario:
Que grande eres Paula Cruz Gutierrez que nunca sete quite esa sonrisa
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