Este texto lo escribí en marzo.
Hay días tan rugosos
como la piel de una col.
Hoy estoy pasando mala tarde.
Hemos salido de viaje aunque para mí supone un gran esfuerzo físico.
Pero necesitábamos desconectar de la
rutina casa-hospital. Esa rutina en la que nos hemos sumergidos los últimos
meses.
El cansancio físico me ha llevado al
cansancio psicológico y me he desanimado, me duele la cabeza y tengo unas
décimas de fiebre a causa de la quimio.
Hace tres días me teñí el cabello
porque ya me había crecido. Fuimos al supermercado a comprar y vi un tinte
color turquesa que me gustó y decidí comprarlo.
Por la tarde me lo teñí y como gran parte
de él son canas me quedó de color azul clarito, al día siguiente me lo volví a
teñir para conseguir un tono más oscuro.
Pero hoy tres días después, el
cabello ha comenzado a caerse de nuevo, dieciséis días después de la última
sesión de quimioterapia.
Hoy es uno de esos días en los que no
me apetece nada, mañana ya veremos…
Paula Cruz Gutiérrez.
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