Medio en broma, medio en serio os cuento mis reflexiones.
Si alguno de vosotros necesita un tema especial para realizar
su tesis doctoral, me ofrezco voluntaria. Cada día estoy más convencida de que
soy “un rara avis” digno de estudio y que algún científico debería plantearse
esa posibilidad.
Es cierto que estoy pasando por un proceso difícil.
Que he estado entre la vida y la muerte, pero ya ha pasado y
ahora afronto el futuro con ilusión.
A veces, la vida nos muestra hechos aparentemente
incongruentes.
Te pone en el filo de la navaja con la enfermedad, pero al
mismo tiempo ésta te enseña a ser feliz. En mi caso, mucho más feliz de lo que
he sido en años.
Soy consciente de que muchas personas no piensan lo mismo y se sienten desdichadas y atrapadas en un círculo del que no pueden salir.
No es fácil conseguir tener ánimo y ser optimista, pero creo
sinceramente que vale la pena intentarlo y trabajar para conseguirlo. Ante la
alternativa de ser feliz o desdichado, me quedo con la primera.
Yo he decidido apreciar todo lo bueno que la enfermedad ha
traído consigo.
Y así, en éstos meses la vida me ha hecho muchos regalos: he conocido gente maravillosa y también me ha traído de vuelta a otras personas queridas a los que perdí la pista hace tiempo, por distintas circunstancias.
Y así, en éstos meses la vida me ha hecho muchos regalos: he conocido gente maravillosa y también me ha traído de vuelta a otras personas queridas a los que perdí la pista hace tiempo, por distintas circunstancias.
Sin darme cuenta sembré amor en muchas personas y ahora me
viene de vuelta.
Bienvenida sea la enfermedad que me ha tocado y todo lo que
ha traído consigo.
Tengo cáncer y soy feliz ¿y qué?.
Atrévete a serlo tú también.
Paula Cruz Gutiérrez.
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