Al principio del proceso decidí afrontarlo sola, sin entrar en contacto con otros enfermos. Mi
cabeza ya era un caos y no quería añadir más incertidumbre con relatos de
otros. Pero los más allegados no lo entendían y continuamente venían a contarme
historias de otros enfermos, tenía que decirles que esas historias no me
interesaban y que no me apetecía escucharlas.
Decidí darme un poco tiempo para asimilar la situación y
buscar información. Considero primordial respetar el proceso interior de cada
uno, todos somos diferentes y cada uno tenemos un ritmo. Yo encontré el mío.
Quién sabe si más lento o más rápido que el de otras personas, pero es el mío.
Después de todo lo pasado, ya no me importa relacionarme con
otras personas que hayan pasado la misma enfermedad que yo. Ahora me gusta y me
alegra poder ayudar con los textos del blog. Son muchas las personas que me
escriben felicitándome y dándome las gracias.
Desde que era pequeña he tenido una sensibilidad especial,
que se fue acentuando con los años y que ha crecido de manera desmedida en los
últimos meses. La enfermedad me ha hecho ver la vida de otra manera, de otra
forma más pausada y restando importancia para todo aquello que no la tiene.
Sé que os estaréis preguntando qué significa ese paipai cutre
de la fotografía, pues os lo contaré.
Después de realizarme la primera operación en el mes de
agosto pasado, en la que me quitaron un ovario con el tumor, me provocaron la
menopausia. Como resultado, me han quedado unos sofocos continuos que se
repiten durante todo el día.
Estando ingresada en la uci alguien del personal me fabricó
el paipai para que pudiera mitigar un poco el calor repentino que me entraba
con los sofocos. Me fabricaron uno con el cartón doble, pero como había perdido
toda la masa muscular, me pesaba mucho y no podía utilizarlo. Entonces me
hicieron el que podéis ver en la foto.
Durante toda nuestra vida tendemos a acumular cosas y más
cosas sin saber muy bien para qué, porque la mayoría de ellas no las
utilizamos. Para mí durante un mes éste objeto aparentemente tan simple y feo
fue mi propiedad más preciada. Fue lo único material que necesité.
Todo lo
demás me sobró.
Paula Cruz Gutiérrez.
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