Que mi ginecóloga se emocione con mis palabras y que yo me emocione con las suyas, no es muy común.
Porque creo que habitualmente los médicos están acostumbrados a que los pacientes se quejen en vez de darles las gracias.
Con el cáncer nos ha tocado recorrer un camino largo y difícil.
Durante este caminar nos encontramos con mucha gente diferente.
Es cierto que unas personas son más cuidadosas que otras y que unos profesionales empatízan más que otros con los enfermos, pero en el trayecto siempre nos encontramos con gente buena que nos ayuda, a sobrellevar este duro trance, con todas sus operaciones y tratamientos.
Hoy quiero abogar porque nos acostumbremos a darles las gracias a todos aquellos profesionales que nos tratan con cariño y respeto. Al fin y al cabo, somos muchos los pacientes que pasamos por sus manos y no todos somos iguales.
Éstas personas nos hacen más llevadero el proceso.
Paula Cruz Gutiérrez.
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