martes, 16 de marzo de 2021

Mi Biblioteca Interior.

Estos últimos meses han sido muy complicados para mí. El cambio de hospital, de equipo médico, la nueva medicación y sus fuertes efectos secundarios, junto con los dolores y el sentirme de nuevo en la cuerda floja, me llevaron a tocar fondo.

Lo curioso del asunto es que yo no me había dado cuenta de ello. 

Cuando me percaté de que yo sola no podría hacer el trabajo, que necesitaba ayuda, la busqué. Y he ido descubriendo que estaba mucho pero de lo que yo creía en un principio. 

Primero retomé mis clases de yoga junto a dos almas alucinantes. Dos mujeres increíbles que me ayudan dentro y fuera de clase. 

Después tuve que reducir a la mínima expresión mi círculo cercano. El resto de personas queridas están ahí esperando mi regreso. 

Por último, pero no menos importante, tropecé con un curso y me uní a un grupo maravilloso, en busca de la paz perdida. Cada semana vamos aprendiendo juntos cómo encontrar nuestra mejor versión. 

Llevo un mes revisando mi biblioteca interior. En ella he encontrado volúmenes que no me han aportado nada, sin embargo, otros me han revelado información que yo desconocía. He descubierto informes privados inéditos, que me han hecho reflexionar. 

Ahora toca limpiar, desinfectar y desinsectar a mano cada volumen. 

Como buena restauradora de libros que fui, se que si esos documentos están hechos con papel de pasta de algodón, por muy deteriorados que estén, podré salvarlos. Por el contrario, si su composición es la pasta de madera, el ácido acabará por destruirlos sin remisión. Solo es cuestión de tiempo. 

Mi ilusión es volver a montar mi biblioteca de nuevo, tan solo con aquellos libros que verdaderamente me interesen. 

Que la luz del universo nos ilumine a todos, en este camino llamado vida. 

                                                                       

                                                                       Paula CRuZ Gutiérrez. 



jueves, 4 de marzo de 2021

Las luchas absurdas.

   


Sé que ya he hablado en varias ocasiones de ello, pero sigo sin entender el afán de ver las cosas desde el lado negativo. 

Me agota y me exaspera seguir escuchando eso de que cuando tienes cáncer has de luchar, que debes ser fuerte para vencer la batalla. 

!Qué batalla ni qué narices! 

El cáncer es una enfermedad grave, muy grave; pero también lo son la Ela, la fibromialgia, las enfermedades raras y otras muchísimas más. 

Me gustaría que algún entendido en la materia, me explicara qué beneficios puedo obtener luchando contra mi organismo, es decir, luchando contra mí misma. 

¿Sois conscientes de lo absurda que es esa situación? Pues no se si seré yo la única que lo ve, porque día a día se nos siguiente  machacando con lo mismo. 

Yo hoy os planteó un reto: 

Dejar de luchar contra, para luchar a favor de. 

Un cambio que debería hacerse a nivel personal, pero también institucional. 

¿Qué os parece si la Asociacion española contra el cáncer, cambiara su nombre por la Asociacion española para la sanación del cáncer? 

Se supone que estamos aquí para encontrar soluciones que aumenten los porcentajes de supervivencia de los enfermos. Vale ya, de  utilizar continuamente un lenguaje bélico que no se corresponde con la realidad y que ciertamente no beneficia a nadie. 

La madre Teresa de Calcuta decía que ella no luchaba contra el hambre, sino que lo hacía a favor de que todo el mundo tuviese comida. 

¿Veis la diferencia entre utilizar unas palabras un otras? 

Pues yo abogó desde aquí, a que comencemos a llamar a las causas en positivo, sean las que sean. Y debemos de perder el tiempo en batallas absurdas. 


                                        Paula CRuZ Gutiérrez.