martes, 31 de octubre de 2017

LuCHo PoR...


Hoy escribo éste texto, al hilo de una conversación mantenida ayer. 


En ella me preguntaban contra qué luchaba yo, queriendo decir qué tipo de tumor había tenido.

Yo rápidamente me apresuré a contestar que no luchaba contra nada. Ese es mi lema desde del primer momento, NO LUCHAR CONTRA NADA NI CONTRA NADIE.

Me llaman valiente, pero yo no lo soy porque no me enfrento a nada. Valientes son los soldados que van a la guerra o el personal que hacen frente a un incendio o a otra catástrofe. 

Yo me limito a luchar por y para, no contra.

Yo lucho por vivir, siempre a mi ritmo. Lucho por guardar experiencias y por cumplir sueños, porque es una manera de que mi alma sea feliz. Lucho cada día por ver crecer a mis hijos y por pasar el mayor tiempo posible con mi familia y mis seres queridos. Tiempo de calidad a su lado. Lucho, porque el día de mañana me recuerden con cariño. Lucho por ayudar a todas aquellas personas que me lo pidan, porque es bueno compartir y dar un poco de tu tiempo a los demás. Lucho, por vivir tal y como yo deseo, sin hacer daño a nadie, pero siguiendo los dictámenes de mi corazón y sin importarme lo que puedan hacer o decir el resto. Lucho, por seguir aprendiendo cosas nuevas, porque un cerebro que estudia y aprende nunca envejece. Lucho por atesorar sonrisas y besos.

Lucho, para que el día en que la muerte venga a buscarme, pueda irme satisfecha y tranquila, sabiendo que he hecho todo aquello que deseaba hacer.

Como veis aunque esté en mi sofá, no me estoy parada. Desde aquí visualizo todo aquello que quiero conseguir.

A día de hoy, me imagino a mi tumor como un ente externo a mí,  se aleja despacio, con un hatillo en un hombro y diciéndome adiós, mientras yo me despido de él enviándole un beso.

Desde el primer día en el que conocí su existencia, le he ido pidiendo que se marchara. Se lo he pedido siempre con calma y con cariño y él poco a poco ha ido retrocediendo, hasta desaparecer.
El próximo lunes tengo TAC de control y sé que éso mismo reflejará, que mi tumor ha desaparecido. Mi convinción en ello, es absoluta, no tengo ni una sola duda.

Yo ya me posicioné.
Ahora es tu turno, decide porqué luchas tú.


                                                                          Paula Cruz Gutiérrez.

domingo, 29 de octubre de 2017

El No Otoño



El sol me golpea implacable mientras paseo. El calor me persigue sin contemplaciones, burlón y pegajoso, se apodera de mi cuerpo y de mi mente.

Mi cuerpo se resiste a él, camino despacio pero el sol me persigue igualmente. Mientras camino mi mente se muestra ralentizada, como anestesiada por los rayos del sol. Tanto calor en ésta época del año no es saludable. Los cuerpos se resisten y las mentes se adormecen.

Mientras tanto en los armarios, la ropa de verano celebra su inapropiada victoria sobre la ropa otoñal. Una victoria extraña, demasiado larga en el tiempo.

Las chaquetas y los abrigos esperan extrañados que llegue su turno, sin entender porque sus dueños tardan éste año mucho más en sacarlos de sus fundas.

Deseo que lleguen las nubes y las gotas de lluvia nos inunden los campos y el corazón. Gotas que refresquen el ambiente y humedezcan los ánimos.

Que nos levantemos una mañana sabiendo que por fin llegó el otoño y podamos disfrutar de él.

Me gustaría levantarme y descubrir que el cambio climático es sólo una pesadilla de una noche.
                                   
                                                                          Paula Cruz Gutiérrez.


miércoles, 25 de octubre de 2017

He aPReNDiDo.



Hubo un momento en el que la vida me puso en la tesitura de elegir. Elegir luchar contra algo abstracto como es el cáncer o elegir luchar por vivir.

Yo sin pensarlo dos veces, elegí la segunda opción. Para mi manera de pensar era más idónea.

Es cierto que han sido meses en los que ha habido sías muy difíciles de sobrellevar, que el cuerpo te abandona rendido a los fuertes tratamientos, que los dolores son difíciles de soportar y te desmoronas llorando pensando que no serás capaz de soportarlos.
Todas estas cosas son ciertas, junto con otras muchas más.
Pero también es cierto, que ahora, que lo peor de la tormenta ya ha pasado y que el futuro apremia por llegar, el balance de todos y cada uno de éstos días es POSITIVO.

Se que no para todo el mundo es igual, pero en mi caso sí ha sido así. 

He aprendido a quererme mucho más y mejor. Y con ello, también a los demás.

He aprendido a ver la vida de otra manera, más sincera. Una vida plena y de verdad.

He aprendido a dejar atrás todo aquello que ya no me aportaba nada, soltando apegos a cosas y a personas.

He aprendido a decir NO, porque hay que hacer las cosas para complacernos a nosotros mismos y no a los demás.

He aprendido a aceptar los elogios, los regalos y todo lo bueno que la vida ha decidido darme. Simple y llanamente porque yo me lo merezco.

He aprendido a soñar y a que esos sueños se conviertan en realidad.

En definitiva:
He aprendido a VIVIR y a ser FELIZ, no importa que tenga cáncer o un simple catarro.

Aposté por vivir y lo he conseguido.


                                                                          Paula Cruz Gutiérrez.

sábado, 21 de octubre de 2017

La PReSeNTaCioN.



Ayer por la tarde hicimos la presentación en sociedad de nuestra Asociación ONCOFELICES.

Fue un auténtico éxito en todos los niveles. 


Resultó un acto sencillo, pero muy emotivo a la vez.

Las ponentes reflejaron a la perfección cómo transcurre la vida de una persona afectada de cáncer, de lo que sentimos y de cómo lo afrontamos.

El ayuntamiento nos dejó el local que les habíamos solicitado y nos dieron su apoyo acompañándonos. Muchas gracias por permitirnos celebrar éste acto. 

El público asistente llenó la sala, tanto que hubo muchas personas que tuvieron que permanecer de pié, porque las cien sillas que había se completaron pronto.

Han sido dos semanas frenéticas con los preparativos: hacer la cartelería, buscar patrocinadores, reservar la sala, entrevistas de radio y en los periódicos, etc.

Y al final lo que iba a ser una pequeña invitación con un vino, se convirtió en algo mucho más grande, gracias a toda la comida y bebida que nos han donado.

Muchas gracias de todo corazón, porque el éxito de ayer no se habría producido sin todos vosotros.

Ahora nos toca ir poniendo en marcha todos esos proyectos que tenemos en mente. El principal, ayudar a todos aquellos enfermos o familiares que nos lo soliciten, juntos siempre es más fácil recorrer el camino. Ya sabéis que no importa que no seáis de Mota, nuestra ayuda es para todo aquel que la necesite.

Estoy convencida de que las cosas que se hacen con amor y cariño salen BIEN. Y os aseguro que el día de ayer quedará guardado en nuestros corazones para siempre.

Un millón de gracias a todos.


                                                                      Paula Cruz Gutiérrez.


                                                                                                     

martes, 17 de octubre de 2017

uN eJeRciCio De GraTiTuD.



Hay un ejercicio que practico desde que caí enferma.

Suelo hacerlo por la noche, cuando ya estoy tranquila en la cama antes de dormirme.

Es un ejercicio de agradecimiento.

Cada noche doy gracias por todo lo que tengo. 

Doy gracias por la familia y los amigos. Por todas las personas que me aprecian y me ayudan.

Doy gracias porque disfruto de la compañía de mis hijos y los veo crecer.

Porque tengo una casa, ropa y comida todos los días.

Pero sobretodo doy gracias por la enfermedad, porque con el cáncer estoy aprendiendo muchas cosas que tal vez, de otra manera nunca las hubiese aprendido. Porque he conocido a mucha gente especial, que ha merecido la pena descubrir. Porque he descubierto que soy más fuerte, más constante y más sabia de lo que imaginaba. Que soy capaz de proponerme cosas muy complicadas y llevarlas a cabo.

Es simplemente un ejercicio de gratitud hacia el universo que ahora me ofrece los resultados, en forma de amor, cariño y de reconocimiento.

¿Porqué fijarnos en todo aquello que nos falta, sin prestar atención a todas aquellas cosas buenas que todos tenemos?. Si las sabemos buscar descubriremos que son muchas más de las que nosotros imaginábamos.

Os aconsejo que empecéis a ejercitarlo, porque realmente merece la pena, siempre y cuando lo hagáis desde el corazón.


                                                                          Paula Cruz Gutiérrez.

domingo, 15 de octubre de 2017

eL PReMio.


A entrar al auditorio veo que es pequeño pero coqueto. Yo he de bajar hasta abajo. Enfiló la escalera no sin dificultad, me voy apoyando en la pared para no caer. Ésta escalera tiene una dificultad añadida, al estar tapizada con moqueta de color negro, no se aprecian muy bien los escalones. Pero despacio consigo llegar a mi asiento junto a los demás premiados. 

Esperamos pacientes a que lleguen las autoridades y comience el acto. Estamos sentados en la fila numero 3, nuestros familiares y acompañantes ocupan las filas superiores. 

Se respira un ambiente festivo, todo el mundo se encuentra distendido y sonriente. Hacemos pequeños comentarios con el de al lado, pero como no nos conocemos, nuestras conversaciones no llegan mucho más allá de una simple presentación y de explicarnos cual es nuestro trabajo.

De repente, miro a mi derecha y me encuentro con mi amigo Javier, me levanto casi de un saldo y le doy un abrazo tan fuerte como puedo y no sé cuántos besos. Se ha escapado del trabajo para ir a verme cinco minutos. Hablamos deprisa y nos miramos sin parar de reír. Qué subidón de alegría y de emoción!!

Mientras tanto, a nuestro alrededor todo es bullicio, por una puerta lateral sacan los premios para colocarlos sobre una mesa y las azafatas van colocando a los premiados y a sus acompañantes según vamos llegando. Se nos ha convocado a todos con tiempo suficiente para que cuando comience el acto todos estemos ya sentados. Al final se produce un pequeño revuelo cuando llegan las autoridades, se sientan en la primera fila y comienza el acto.

Realmente no se definir muy bien cómo me siento, por un lado estoy tranquila y por otro voy observando el escenario, apreciando los pequeños obstáculos que he de sortear. Tengo un pequeño tramo de escalones por bajar y observo que el escenario tiene dos escalones más, el segundo es el doble de alto que un escaló normal. Miro hacia mi derecha y veo a un escolta del presidente Page, decido que a él le pediré ayuda para bajar la escalera y subir así al escenario.

En este mundo de consumo, en el que se consumen artículos que duran dos días, la artesanía tiene poca cabida. Tan sólo nos dedicamos ello, un grupo de nostálgicos que nos negamos a ver desaparecer nuestro oficio, porque nos gusta, o en otros casos, porque tal vez con anterioridad, lo realizaron sus padres. 

Por eso y por mucho motivos más, que reconozcan el esfuerzo que supone intentar vivir del trabajo que produces con tus manos, es un lujo.

Comienza el acto y poco a poco van subiendo los premiados al escenario donde todas las autoridades nos esperan.

Cuando me senté estaba realmente tranquila, pero ahora que va pasando el tiempo y se va acercando mi turno, me voy poniendo más nerviosa. Nunca pensé que pudieran darme un premio tan importante y me ha pillado por sorpresa.

Ahora me toca a mí. Me levanto y al salir a la escalera echo mano del escolta, le pregunto que si puede acompañarme, muy amablemente así lo hace. Todos me felicitan y me dan la enhorabuena, el presidente me dice que sea la consejera de economía la que me de la placa, porque me llamo como su hija y le hace ilusión. Por lo tanto, ella es la que me entrega la placa, mientras que el presidente he hace entrega del diploma. Entre broma y broma recojo mis premios toda orgullosa. Al terminar, como pesan bastante las dos cosas, el presidente de los artesanos me acompaña a mi asiento y me lleva la caja y el cuadro.

Un acto bonito, en el que además de reconocimiento, recibo ayuda y solidaridad sin solicitarla.

Muchas gracias a todos. No puedo explicar el placer que siento.


                                                                        Paula Cruz Gutiérrez.

lunes, 9 de octubre de 2017

Un ArtEsAnO.



Durante el año pasado y por dos motivos diferentes, los médicos me dijeron varias veces que me moriría. Yo, con mi paciencia de artesana, fui tejiendo un plan para no morirme ninguna.

Y como ya sabéis lo he conseguido.

Esta semana, el Gobierno de Castilla-La Mancha, me ha concedido la Placa al Mérito Artesano.

Ha sido una sorpresa y un honor, saber que mi trabajo durante éstos años es valorado y apreciado. Un premio que sirve como colofon a éste último año tan difícil que me ha tocado vivir.

Un premio que viene justo ahora, cuando me han concedido la incapacidad laboral, debido a las grandes secuelas que me ha dejado la enfermedad.

¿Pero qué es un artesano?.

Un artesano es una persona que vive de su paciencia y su creatividad. Es una persona con creatividad, que dispone como principal herramienta de trabajo a sus manos. Una persona con paciencia infinita, que sabe respetar los tiempos de espera.

También conlleva un cierto halo de libertad, porque uno trabaja en aquello que le gusta y la mayoría de las veces en solitario, libre de un jefe que le dicte los horarios.

Un artesano es una persona hecha con otra pasta.

Con esa pasta creada con paciencia infinita, sabiendo esperar,  estudiando y creando estrategias para poder hacer frente a la enfermedad de manera positiva, he ido trazando un plan de acción para curarme. Con ésta pasta especial de hilos de muchos colores he ido tejiendo  hilo a hilo, día a día mi vida, este último año y me he creado otra  vida nueva. La que a partir de hoy será la buena. Puede que unos días brille en ella el arco iris, mientras que otros amanezca nublada, pero será la vida que yo he creado y que deseo vivir. 

Con ese espíritu de artesana seguiré construyendo mis días junto a mi familia y a todos vosotros.

Intentad ser también vosotros los artesanos de vuestras vidas, no os dejéis manipular.


                                                                        Paula Cruz Gutiérrez.

http://www.vocesdecuenca.com/web/voces-de-cuenca/-/el-gobierno-regional-concede-la-placa-al-merito-artesano-a-paula-cruz-gutierrez-de-mota-del-cuervo






miércoles, 4 de octubre de 2017

La Grieta.


El lunes pasado tras administrarme el tratamiento, una grieta en el suelo encontré.

A la misma hora, a mi amigo una resonancia le hacían para encontrar el porqué de su reciente tartamudez. 

El culpable resultó ser, un tumor cerebral demasiado grande para extirpar. 

Yo en la grieta me instalé.

He vivido en el suelo, acurrucada toda la semana, viendo la vida con una perspectiva un tanto rara.

Este ciclo me ha sentado mucho peor que otros, mi cabeza está constantemente mareada, mi estómago vuelve con náuseas, tengo picores por todo el cuerpo y la tristeza me embarga.

Desde mi escondite todo se ve más grande y más alto, pero aún así, aquí estoy bien. De vez en cuando, me asomo a tomar el aire y veo al resto de personas pasar. Caminan y caminan, pero yo necesito desconectar. 

Estos días he llorado mucho por todos los rincones de mi grieta. Tanto cómo hacía tiempo que no recordaba, mientras mis síntomas seguían y mi amigo empeoraba.

 Lloraba por mí, por mi amiga y por mi amigo, inmersos los tres en el mismo destino. Tenía la sensación de que una epidemia de cáncer a todos mis seres más cercanos atacaba.

Hoy por fin el sol ha salido y parece que los tres brillaremos de nuevo con él. 

Salgo de mi grieta  y me siento sobre la hierba.

 Hoy el Universo me ha escuchado otra vez.


                                                                  Paula Cruz Gutiérrez.






domingo, 1 de octubre de 2017

uN HoMBRe BueNo.


La proximidad del invierno, era la excusa perfecta para juntarnos a comer, eso sí, antes debíamos recoger y colocar el enorme montón de leña que habían dejado en la puerta. Trabajábamos en cadena, una cadena corta eso sí, teniendo en cuenta las cortas dimensiones del patio. Pero nos daba igual, eran momentos de risas y amistad. 

Después de la comida, solíamos salir a dar un paseo por el cauce del río cercano, cogiendo renacuajos en  viejas botellas de plástico abandonadas y avistando pájaros. Durante el paseo cada uno decía lo que se ocurría y los demás lo acompañaban con sus risas.

La casa de Aldea se vendió y decidiste empezar una nueva vida en un apartamento más cerca del trabajo. Aquel apartamento era básicamente del tamaño de un sofá. Un sofá de tamaño xxl en el que nos acurrucábamos seis con facilidad.

Ayer al ir a verte al hospital me vinieron a la mente estos y otros recuerdos más, recuerdos acumulados durante muchos años de amistad. Como aquella mariposa que se posó en la flor que llevabas en la mano de paseo por Ovidos.

En más de una ocasión la vida nos puso a prueba, como ahora, pero siempre hemos sabido encontrar el camino correcto. Y estoy segura de que ahora no va ha ser menos.

En tantos años juntos, hemos reído, llorado y nos hemos ayudado una y mil veces. Ahora me toca ayudarte, yo empecé el pastel y voy primero, pero todos saldremos de ésto. Somos gente positiva y trabajadora. Yo soy fuerte y vosotros también, por el mero hecho de ser mis amigos, porque cada uno busca a sus iguales y se apoya en ellos.

Eres un hombre bueno que pasa un mal bache, en eso se quedará todo y dentro de un año lo estaremos celebrando.

Deseo que mañana entres en el quirófano con una sonrisa de las tuyas, medio pícara. De esas que tienen los ganadores cuando se saben ganadores. 

Estamos juntos, te apoyamos y a partir de ahora, estaremos más "pegaditos" aún, porque la vida nos ha puesto una vez más en el mismo camino. Es normal que tengas miedo, pero que éste sólo te sirva para tomar impulso y mirar hacia delante.

Recuerda que en esta casa te esperamos los cuatros y te queremos de vuelta.


Te queremos Julián, Paula y los niños.