jueves, 27 de julio de 2017

Un Bonito Día,


Esta mañana hemos ido al supermercado para hacer la compra. Yo iba caminando despacio, buscando unas galletas para los niños cuando me he dado cuenta de que estaba contando una canción, me he parado a escuchar más detenidamente y me he dado cuenta de qué canción era.

En ese momento mi mente se ha trasladado a la velocidad de la luz veinte años atrás, de repente ya no estaba en el super, sino casi veinte años atrás en el salón de mi casa de Madrid. Por aquel entonces, escuchaba esa misma canción junto con sus compañeras de cd una y otra vez, me gustaban mucho. Pertenecían a un grupo de música valenciano que se llamaban Girasoules y que por aquella época tuvieron cierto éxito.

No he podido evitar sonreír mientras seguía cantando. 

El estribillo de la canción dice: cuenta conmigo, para bien o para mal, del principio hasta el final...

Es increíble cómo nuestra mente asocia la letra de las canciones que escucha con determinados momentos o situaciones que vivimos.

De ésta manera, un día que había amanecido como uno más, se ha convertido en un bonito día para mí.

¿Qué canción os hace felices a vosotros?.


                                                                                                                                                                                   Paula Cruz Gutiérrez.

lunes, 24 de julio de 2017

Las Sonrisas de Pilar.


La visita a una amiga que vive en una provincia lejana, me llevó a conocer a otra amiga. 

De mirada viva, cara sonriente y sonrisa fácil. Pilar es médico y trabaja parte del año visitando a enfermos terminales en sus casas, dentro del programa de cuidados paliativos del Alto Aragón.

Trabaja con agrado, sin perder el ánimo ni tampoco la esperanza, a pesar de la dureza de su trabajo.

Visita las viviendas de los enfermos en compañía de su enfermera, ambas acuden solícitas, sean bien recibidas o no.

Ella conoce bien la crueldad que puede llegar a presentar una enfermedad, y la impotencia y el enfado que suelen presentar los cuidadores. Lo ha vivido en sus carnes.

Pérdidas muy cercanas que la acompañan todos los días, incluso alguno de ésos días la atacan a traición y sin consuelo.

Sabe de la importancia de vivir aquí y ahora, porque a diario, se mueve en esas arenas movedizas que hay entre la vida y la muerte.

Con su voz te traslada a otros lugares donde habitan la serenidad y la reflexión. Esa misma voz pausada te incita a pensar, te invita a vivir. Y su risa fuerte y sincera te dice que estás en el lugar adecuado en el momento adecuado.

Por todo esto, cuando Pilar te abraza, sientes que el mundo se detiene, porque abraza tu cuerpo, pero sobretodo abraza tu alama. Con tal fuerza que todo tu ser se estremece.

jueves, 20 de julio de 2017

Clara.


Clara despierta, bosteza y se despereza lentamente. Se nueve despacio, mientras es consciente de que está a punto de comenzar un nuevo día.

Sus ojos se muestran perezosos, sin ganas de abrirse, aunque al final lo consigan, cuando su mente se espabila y le da la orden de levantarse.

Durante la noche, sufre un sofoco tras otro, lo que la obliga a secarse el sudor y cambiarse de camiseta a mitad de la noche. La inflamación de las manos y el dolor de articulaciones dificultan sus movimientos.

Al llegar la mañana, se incorpora en el borde de la cama despacio, con dificultad. No en vano, sus articulaciones están anquilosadas por la inactividad de la noche y la medicación. Los dolores van en aumento a medida que transcurren los meses y las sesiones de quimio. Hace poco que ha comenzado con los ciclos de otro medicamento, ni mejor ni peor que el anterior. Cada uno despliega sus efectos sobre el cuerpo, ya saturado por la enfermedad y la medicación.

Cuando Clara consigue levantarse se dirige al baño. Va a pasitos cortos, caminando como si fuera un robot, porque no puede flexionar los tobillos. 

Este es su despertar desde hace meses.

Cuando consigue llegar a la cocina los niños ya están alborotados y desayunando, eso si su marido está en casa. Si no es así, Clara pone la alarma para levantarse a tiempo de medio preparar el desayuno, mientras espera que vengan a recoger a los niños para ir a la escuela. A ella aún le falta fuerza en las piernas para conducir.

Cuando los niños se van, ella se queda sentada en la silla de la cocina, pensando cómo afrontar el nuevo día. Hablando consigo misma y con la taza de café como único interlocutor.


                                                                          Paula Cruz Gutiérrez.

sábado, 15 de julio de 2017

Sin Palabras.

Hoy no voy a publicar un texto mio.

Recientemente recibí un mensaje de audio en mi teléfono de un amigo de Uruguay. Al escucharlo me quedé sin palabras, no tanto por las cosas que me decía, sino por quien me las decía.

Alvaro Perez Silva, quedó ciego por un accidente siendo muy joven, pero eso no le ha impedido llevar una vida lo más normalizada posible. Trabaja como masajista, es voluntario ayudando a los más desfavorecidos y además ha representado a su país en varios Juegos Paralímpicos como corredor.

Es un ejemplo de superación constante
Un amigo al que respeto y admiro profundamente.



El audio de Alvaro dice lo siguiente:

Paula, me encantó lo que escribiste y me siento identificado, soy de los amigos que están mucho más allá de la distancia, pero ahí en el corazón.

Es divino lo que estás viviendo porque das un mensaje hermoso para el resto del mundo. Hay gente en este mundo que necesitan personas justamente como vos, un ejemplo de superación. 

Tenés una familia hermosa, es admirable tu marido, son admirables tus hijos y sos admirable vos, porque sos un ejemplo para la humanidad. Sigan así y no decaigan nunca.

Me encantaría poder reencontrarme con ustedes en algún momento. Yo desde mi lugar estoy constantemente conciencializando sobre la importancia de la superación del ser humano. La rehabilitación en personas con discapacidad, tratando de cooperar con otro tipo de humanidad.

Un beso grande y no dejes que nada te haga decaer por el ejemplo que das.

Por mi parte: Simplemente Gracias, no hay nada que añadir.


                                                                       Paula Cruz Gutiérrez.




miércoles, 12 de julio de 2017

Y me convertí.

Y en un ser alado me convertí.

Con inmensas alas blancas, resplandecientes de luz y de diminutos brillos irisados. Alas inmensas por su tamaño, pero livianas de peso.

Y con las alas se fueron los miedos.

A la vez que me brotaban, mi cuerpo y mi mente también se iban transformando. Para convertirme en un ser especial, no tanto por fuera, como por dentro.

Y comprendí muchas cosas que hasta ahora me eran desconocidas, como el poder de mi mente sobre mi mundo exterior.

Como la capacidad de cambiar muchas de las cosas que no me gustaban. Así comenzó todo, porque son muchos los cambios a los que nos vemos obligados a hacer frente.

Una mañana comencé a pensar que si:

- No tengo vello ni cabello, pues así no gasto champú, ni secador de pelo, ni depilarme. Me coloco un bonito pañuelo o una diadema de un alegre color y salgo a la calle.
Que tengo la tripa muy inflada, pues me pongo ropa más holgada.
- Si tengo mala cara, me maquillo y me doy colorete.
- No tengo cejas, pues me las pinto.
- Que me duelen las articulaciones y no puedo caminar, pues no lo hago.
- Ya no tengo pestañas, pues así no gasto el rimmel.
- Que muy a menudo estoy cansada, pues descanso y después vuelvo a descansar.
- Que se me pasan mil historias por la cabeza mientras reposo, pues las escribo para contároslas después.
- Que alguien me visita y me dice que "qué pena de vida", pues yo le contesto que mi vida no es ninguna pena.
- Que tengo un mal día, pues lo dejo pasar a ver si el siguiente amanece mejor.
- No puedo subir escaleras, pero lo intento.
- Aunque el cansancio y los dolores me impiden hacer cosas, yo intento moverme.
- Que paso días deprimida, pues intento alegrarme.
- Que los dolores no me dejan vivir, entonces echo mano a las medicinas.



Y en esos ratos en los que lo único que hago es mirar el techo, imagino y pienso, pienso e imagino.



                                                                          Paula Cruz Gutiérrez.




jueves, 6 de julio de 2017

Y si pudieras elegir ¿quien te gustaría ser?




Me he tomado mi tiempo pensando ésta reflexión, para poder llegar a la respuesta más correcta.

Animáos a reflexionar conmigo y descubramos entre todos, aquello que verdaderamente nos gustaría ser. Y lo que es más importante, intentemos convertirnos en ello.

A mí sin duda alguna, me gustaría seguir siendo Yo.

No me gustaría nada levantarme un día habiéndome convertido en un ser mundano, de los que "siempre hacen lo correcto", o hacen lo que "hacen los demás". Una persona con poco criterio.

Rebelde por naturaleza, no nací para someterme a nadie y todo aquel que lo intentó fracasó estrepitosamente.

Soy incapaz de conformarme con lo que la vida me da, sin luchar ni intentar cambiarlo. Indudablemente, es más cómodo quedarte quieto, esperando a ver qué te trae la vida, pero también es infinitamente más aburrido.

Pero voy a ir un poco más lejos...Y dejando volar mi imaginación... Me gustaría ser...

Me gustaría convertirme en un ser liviano y transparente, infinito y diminuto a la vez. Un ser divino, que me lleve a descubrir el universo.

Un ser alado con grandes alas blancas para poder volar de un lugar a otro sin parar. Con el que pudiera visitar  y estar en diferentes lugares al mismo tiempo. Tal vez así, podría hacer todas las cosas que deseo hacer y que por falta de tiempo con una sola vida no haré.

Esas enormes alas, las usaría también para cobijar a mi familia y a mis amigos. A mis hijos, ofreciéndoles todo el amor que pudieran necesitar y enseñándoles a ser personas íntegras, capaces de encontrar su propia felicidad. 

Me gustaría seguir siendo yo misma, pero en "versión mejorada".
Fiel a mis principios, como he intentado ser siempre.

Y vosotros, ¿ya habéis decidido quién os gustaría ser?.





                                                                                                         Paula  Cruz Gutiérrez.

martes, 4 de julio de 2017

Gracias por las 70.075 visitas.


             
             70.075 visitas.

Nunca imaginé que mi modesto blog pudiera tener tal número de visitas.

70.000 millones de gracias.




                                              Paula Cruz Gutiérrez.

domingo, 2 de julio de 2017

Reflexiones.



Decir que me siento afortunada y feliz por toda la gente que tengo a mi alrededor, es quedarme corta. Una multitud de personas que están dispuestas a ayudarnos en todo momento, a mí y lo que es más importante, a ayudarnos con los niños. Nos ofrecen su ayuda para cuidarlos mientras nosotros no podemos, y nosotros estamos agradecidos porque los atienden como si fueran suyos.

!Qué importante es eso para mí!

Que alguien me diga que es un honor ser amiga mía, es algo muy cierto, pero un honor para mí, por tener a personas tan especiales  a mi lado. Un inmenso honor que el Universo me ha otorgado y que agradezco enormemente. 

Tanto tiempo inactiva, me obliga a reflexionar sobre la vida misma y sus circunstancias.

Reflexionar sobre la importancia de no estar solo, pero al mismo tiempo, lo importante que es estar rodeado de gente que realmente merezca la pena.

Reflexionar sobre el valor de la solidaridad entre nosotros, en este mundo donde parece reinar todo lo material. 

Sobre el valor de las cosas pequeñas como el placer de acariciar el cuerpo calentito de mis hijos, mientras sonríen y me dicen: no pares mamá.

Reflexionar mientras disfruto contemplando la naturaleza, las nubes, los pájaros volar o un simple escarabajo que descubren mis hijos entre la hierba.


Hemos estado una semana en Madrid, tranquilos, descansando. Una semana llena de besos, abrazos y de palabras de cariño sinceras, de personas que sé que me quieren tanto como yo a ellas. Porque no importa la distancia a la que estamos normalmente, lo importante es lo que sentimos y lo que disfrutamos cuando estamos juntos.

Gracias a las personas de aquí, de allá o de mucho más lejos.
Os quiero a todos por igual.



                                                                         Paula Cruz Gutiérrez.