sábado, 14 de abril de 2018

Código de Barras.





Una mañana cualquiera te miras al espejo y notas que algo ha cambiado.

Escudriñas tu rostro para averiguar qué ha sucedido y entonces lo ves.

Sobre tu frente aparece tatuado un código de barras que indica tu fecha de caducidad.

Cierras los ojos e intentas eliminarlo con la toalla, pero sigue ahí porque ha venido para quedarse.

Entonces recuerdas que ayer te lo dijo el doctor. El tumor está muy extendido y tenemos pocas posibilidades.

Maldito doctor y maldito tumor.

Tengo que pensar cómo trazar un plan para mandar al cuerno al tumor y a las estadísticas del doctor.

Creo que ahora es el momento adecuado para echar mano de mi característica rebeldía, es la única que me puede ayudar.

No pienso abandonar a mi familia tan pronto, mis hijos no pueden quedarse sin madre aún. Los utilizaré como mi gran excusa para salir de ésta situación. 

Dos años han pasado, han sido duros, muy duros y aunque en tres ocasiones creí que no aguantaría tanto dolor, a día de hoy continúo aquí.

Al final he conseguido que se fueran al cuerno las estadísticas y el tumor.

Gracias a todos por acompañarme.


                                                                        Paula Cruz Gutiérrez.



                                                                                               

No hay comentarios: