jueves, 8 de agosto de 2019

Hay VeCeS.




Hay veces que los sueños se gastan de tanto usarlos.  Se parten en mil fragmentos que se lleva el viento para no recomponerse jamás. Sueños rotos que quedan huérfanos sin destino ni destinatario.

Hay veces, que es mejor parar, dejar de nadar en contra o a favor de la corriente y dejarse llevar. Aunque el agua nos lleve a aguas mucho más profundas y no sepamos nadar.

Hay veces, en las que uno es fuerte hasta que deja de serlo, el cansancio y el dolor, tan sólo dan pasado a las dudas, al silencio y al llanto. Admiro a esos enfermos que aceptan su destino y deciden no darse ningún tratamiento. Convirtiéndose de esta forma en los únicos dueños de su destino.

Hay veces en las que mis hijos me preguntan porqué no puedo estar sana como las otras mamás. Porqué siempre estoy enferma y cansada. Yo no sé que responderles, porque su mirada infantil no alcanza a comprender mi situación. Muchas veces me pregunto que si no soy capaz de cuidar de mí misma,  ¿cómo voy a cuidar de ellos? Se me antoja absurdo e injusto y me parece que les estoy robando parte de su infancia. Pero lo que sí está claro es que el cáncer nos afecta a todos.

Estos días hay veces, en las que he llegado a la conclusión de que no vale la pena tanto sacrificio,  para que el año que viene vuelva a aparecer otro tumor inesperado y todo comience de nuevo. 

A veces, es mejor admitir que si el cáncer ha vuelto es porque puede haber otro destino diferente al que nosotros nos empeñamos en imprimir. Y es importante no olvidarlo.



                                                                       Paula CRuZ Gutiérrez.

1 comentario:

Susana dijo...

Siento mucho tu situación. Un saludo