domingo, 18 de junio de 2017

Ser una Guerrera.



"El universo te ha concedido la dicha de ser una guerrera".

Este comentario me lo dijo una persona el día de mi cumpleaños al hilo del texto que publiqué. Sencillamente me encantó.

Hay veces en las que la vida nos somete a una encerrona, nos arrastra al interior de un laberinto del que no sabemos qué dirección debemos tomar para poder salir. Es entonces cuando debemos armarnos de valor para encontrar el camino más adecuado. 

En esos momentos de confusión el valor es difícil de encontrar, se esconde en lo más recóndito de nuestro interior para que no lo encontremos con facilidad, porque en esos momentos, el miedo se vuelve el sentimiento más poderoso.

Pero pasado un tiempo y realizadas las reflexiones adecuadas, es el momento de ir en su busca y entrar en acción. Todos los comienzos son difíciles, pero poco a poco si tenemos perseverancia iremos ordenando nuestros pensamientos y decidiendo qué haremos a continuación. Teniendo cuidado de no distraernos ni con el aroma de las plantas que conforman el laberinto, ni con nuestra soledad.

Iremos avanzando, hasta que llegue el momento en el que nos convirtamos en nuestros propios héroes o heroínas. Capitanes de nuestro destino, dignos, caminando sin vacilar hasta conseguir nuestro objetivo. Cada uno debe marcarse el suyo. Uno que sepa que es posible alcanzar. No sirve de nada ponerse objetivos que son imposibles de realizar.

Habrá mañanas que al despertar tan sólo nos sintamos como pequeños ratoncillos que desean quedarse acurrucados, así sin más, cansados de caminar y sin fuerzas para enfrentarnos a un nuevo día. Pero después, ese pequeño animalito indefenso, ha de convertirse en una grandiosa ave fénix que nos lleve de la mano, a nosotros y a los que tenemos al lado.

Mi ave fénix particular cada día tiene más y más fuerza. Porque se que no estoy sóla, he descubierto que tengo mucha gente a mi alrededor que me quiere y me apoya. 

Mi agradecimiento lo intento plasmar en cada uno de mis textos.

Cuando comencé a escribir simplemente deseaba liberarme de las emociones que me provocaba la enfermedad, de soltarlas para que desapareciera la incertidumbre, el no sé qué ocurrirá o me tocará pasar ahora. Despejar mi mente para que pudiera seguir pensando y trazando un plan.  

Estoy muy contenta y orgullosa, porque nunca imaginé que con mis palabras podría ayudar a tanta gente. 

Espero seguir contándoos muchas historias más.

Que vuestra ave fénix se a un animal real, no mitológico.




                                                                         Paula Cruz Gutiérrez.

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