martes, 8 de agosto de 2017

mIS mARCADORES tUMORALES.


Esos marcadores que bajan y bajan sin parar a ritmo de samba van.

Al comienzo del proceso, mis marcadores tumorales recibieron la primigenia orden de desaparecer. Como fue una orden expresada en firme y con todo mi amor, han obedeciendo y van desapareciendo poquito a poquito. Porque a lo largo de éstos meses no han recibido otra contraorden que les indique lo contrario.

De niveles muy elevados, he pasado a niveles muy bajos y dentro de lo que puede considerase normal en una persona sana.

Podemos decir que los niveles son unos chicos listos y muy obedientes. Han ido desapareciendo con su ritmo particular, al principio fue un baile muy rápido y después más pausado.

Igualmente de obediente ha sido el cáncer, aunque en su caso haya necesitado un pelín más de ayuda. Pero lo importante es que al final también ha ido desapareciendo, hasta hacerlo casi completamente. Su ritmo ha sido más bien el de una balada, lenta pero segura y llena de amor.

Así pues, éste año voy moviéndome entre diferentes estilos, estoy aprendiendo bailes de salón. Cada día y según me levanto, elijo el baile que a mi cuerpo le apetece bailar y me dejo llevar.

Aunque he de reconocer que tener como compañero de viaje al cáncer es un tanto particular.

                                            
                                                                          Paula Cruz Gutiérrez.

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