Sirva éste texto como un pequeño homenaje a todas aquellas personas que no consiguieron superar la enfermedad y a sus familias que intentan superar su ausencia.
A mi abuelo Luís, a mi tio Antonio y a mi padre.
Para mi querida Vanesa Pedroche Ortíz.
Pero no penséis que todo nuestro esfuerzo fue en vano, al contrario. Mis últimos meses fueron felices a vuestro lado, aunque la enfermedad me pudiera y me fuese deteriorando demasiado rápido.
Se que os hubiese gustado haberme tenido más tiempo a vuestro lado, os confieso que a mí también. Pero igualmente os quiero.
Os he querido por cuidarme, por aguantarme cuando estaba de mal humor y por hacerme sonreír.
No sufráis, estoy tranquilo.
Por fin acabaron los dolores, las lágrimas y el desaliento.
Me voy contento, por haberos tenido a mi lado y por haberos amado. Gracias.
Llorad cuanto necesitéis y después, la mejor manera de honrar mi memoria, es siendo felices. Por favor, procurad serlo.
Hasta siempre. Os quiero.
Paula Cruz Gutiérrez.
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