jueves, 14 de septiembre de 2017

13 MeSeS.



Desde que estoy enferma pocas cosas puedo hacer yo sola, en la mayoría de los casos necesito ayuda o supervisión.

A la falta de fuerza generalizada en todo el cuerpo y los dolores en las articulaciones se une el problema de las lagunas mentales que de vez en cuando aparecen.

Estas lagunas se ponen de manifiesto en las situaciones más dispares y a la vez cotidianas, como ir a pagar la compra y no saber qué billetes debo entregar. Otras veces aparecen cuando mantengo una conversación con alguien y de repente, se lo que quiero expresar pero no sé decirlo. También me ocurre a la hora de escribir, muchas veces no se cómo se escribe la palabra que quiero poner y le tengo que preguntar a mi marido que me diga cómo se escribe.

Es una sensación muy extraña, ésta de tener que depender de otra persona para poder llevar una vida "normal". El "quiero" pero no "puedo". Esta situación hay días que se hace difícil de sobrellevar, máxime cuando has sido una persona tan activa como yo.

Que mi marido se ocupe de realizar casi todas las labores que habitualmente hacía yo, no deja de ser necesario y frustrante a la vez, porque indica claramente, que yo no estoy en condiciones de poder realizar muchas cosas, como vestirme o asearme sola.

El me pregunta y desde mi cuartel instalado en el sofá, yo le voy indicando qué hacer o cómo cocinar.

Así con éste ritmo, van pasando los meses y ya han transcurrido 13.


                                                                         Paula Cruz Gutiérrez.

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