sábado, 9 de junio de 2018

Un Futuro Incierto.




Uno cree que tiene su vida controlada, que día a día  y año tras año ha ido creándose una realidad  que puede gustarle o no, pero que es la suya. Creada como resultado de sus actos pasados.

Uno está ahí cómodamente sentado en su sillón, cuando de repente, alguien desconocido viene y le dice que tiene cáncer. En ese instante das un salto e intentas no caer al comprobar que el sillón ha desaparecido.

De repente, ya no existe el sillón, como tampoco existen tus vidas, ni la anterior ni futura. Un agujero negro te engulle y te ves obligado a remar fuertemente hacia arriba para impedir que te trague definitivamente. Con el paso de los días, consigues ir subiendo despacio, observando que hay pequeños agujeritos por los que entran diminutos rayos de luz. Fijas tu mirada y te aferras a ellos, pensando que más arriba, los agujeros y los rayos serán mayores; y podrás escapar por alguno de ellos.

Pero ese camino ascendente está plagado de obstáculos que te impiden avanzar tan rápido como tú desearías. Tropiezas una y otra vez, pero al final consigues salir a flote.

Es entonces cuando te das cuenta de que tu vida ya nunca será la misma. La superficie a la que has llegado es totalmente diferente de la que dejaste abajo. Es resbaladiza, lo que te impide asirte a ella con fuerza y hasta mantener el equilibrio. Tu euforia por haber conseguido llegar arriba y haber escapado de ese horrible agujero, pronto disminuye.

Al llegar no sólo compruebas que ha cambiado esa superficie, sino que el que ha cambiado profundamente eres Tú.

Ya no importan los planes que tuvieras antes de estar enfermo, ahora toca replantearse la vida por completo. Establecer nuevas prioridades, nuevos objetivos y nuevos retos. Toca aprender a vivir con las secuelas, con sus limitaciones y hacer de ellas una parte más de tu día a día, intentando que no te sobrepasen. Procurando que tus "zonas rugosas" no impidan sentir la suavidad y brillo del resto.

Ante tí, se abre un futuro incierto al que hay que mirar con esperanza, compasión y agradecimiento.



                                                                         Paula Cruz Gutiérrez.

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